Los que
permiten que los programas surjidos de las bases del pueblo, de los
movimientos sociales sean eliminados y marginados por tan solo tener
o cuidar un cargo y seguir los lineamientos de su jefe inmediato, los
que permiten que se usurpe impunemente el sentido vital y verdadero
de lo que quería el sueño colectivo, y lo cambian por la
interpretación que más le conviene o se amolda a su comodidad de
funcionario, cambiandolo a solo un evento coyuntural o a una
exhibición de frases, trajes y cosas...Sin tomar en cuenta la
historia y todo un recorrido que se ha dado desde que comenzó el
Proceso Bolivariano.
Que
grande les quedó la Revolución Bolivariana, hasta allí llegaron,
no dan para más por sus propias miserias, por su inmenzo egoísmo e
hipocrecia, en los momentos de crisis y cuando parecia que se
derrumbaba todo, cambiaron su dignidad para convertirse en lo que
eran antes de la Revolución: en oportunistas y estafadores de la
palabra, del discurso y de los camaradas, cambiaron su dignidad a
locha, tal vez siempre fueron así y nosotros creíamos que nos
acompañaban en las luchas y en la intencionalidad de ver y de crear
vainas nuevas...
Lo
hicieron bajo el chantaje de perder el sueldo, y se acoplaron a quien
les garantizara seguir viviendo del rentismo, sin tomar en cuenta
principios, derechos constitucionales, trayectoria socio-política,
vendieron su dignidad como si no estuvieramos en Revolución, se
traicionaron a si mismos pensando que nos dejaban a atras o nos
relegaban a un lado, como lo hace la concepción clásica del poder,
instalada en las geografías de abajo, y en el pueblo pobre enajenado
y colonizado. Solo pensaban en salvarse ellos en vez de salvarse con
el colectivo, de allí el dicho de que cuando el barco empieza a
hundirse empiezan a salir las ratas...
Simplemente
se apropiaron del discurso para llevar un traje con él, para
justificarse ante los ojos de quienes con su presencia sola le
interroga o le incomoda, porque creen que con la escuela política
que practican pueden seguir aparentando y engañando, como si aqui no
hubiera pasado nada, o como si fueramos pendejos por el solo hecho de
carecer de niveles de “calidad de vida” elevados o de clases
medias mojoneadas...
Diariamente
se escucha por todos lados, las argumentaciones y las excusas, las
justificaciones de la gente sin dignidad, ya sean del lado nuestro o
del lado que adversa el chavismo, en donde cada quien se asume desde
el punto de vista del poderoso, pareciera que los “pela bolas” ya
sean asalariados del sistema público o privado, ya sean “pela
bolas” de clase media, no tuvieran siquiera una perspectiva
analítica de lo que está sucediendo, todo se resume a caprichos, a
porque “me da la gana”, a las hambres de capitalismo de cada
quien, a la ansiedad de la compra sin límites, el deseo de verse
incluido o reflejado en ese espejo, en esa imagen, sin reflexión ni
visión de país, de colectivo, de mundo, a tal punto esta perdiendo
la gente su dignidad, que en vez de ser digno, es cada vez más
esclava de la tecnología, de lo que le ofrecen o lo que quisiera
tener por el solo hecho de tener.
Un miedo
o una indiferencia a liberarse, una ignorancia a conveniencia que
abruma, mientras quienes tienen cargos se contentan con practicar el
reformismo y la retórica sin comprometerse o matarse mucho por
generar rupturas que ayuden a las iniciativas populares, respondiendo
unicamente si éstas les sirven o son funcionales a tal ministerio, a
tal institución o tal lineamiento impuesto de arriba.
A que
punto de degradación ha llevado el capitalismo a las sociedades y a
los individuos, en la cual miles están dispuestos a perder su
dignidad, lo celebran y hasta le colocan adornos y sonrizas a su
propia máscara. Escalar, tener importancia, sentirse “alguien”,
pareciera que tuviera el requisito fundamental de perder la dignidad,
cuando la persona voltea, solo quedan ruinas de lo que fué, el poder
lo ha transformado en una persona despreciable, ruín, miserable,
falsa, creída y soberbia...incluso las personas “pela bolas” que nunca llegan a
tener el poder realmente, pero se sienten identificad@s con él...
A la
final se roba el espíritu para terminar lejitimando el poder de
turno, el cargo de turno, he allí el caso de muchos funcionarios que
actuan con un discurso robado, unas ideas robadas y convertidas luego
a sus intereses, practicamente que es un atentado a la dignidad
colectiva que construyó esas ideas, ese discurso, ese pensamiento en
base a procesos y practicas revolucionarias surjidas durante estos
años de Revolución.
Lo que
asombra entonces es esta capacidad de la conciencia capitalista de
mimetisarse y de presentarse con los vestidos que le dicen combatir o
contraponer, ya sea desde la básica sobrevivencia o de los aparatos
ideológicos bien organizados y definidos para manipular
emocionalidades, la mente y las conductas, con todas las armas y
mecanismos que posee.