Maracay-Edo. Aragua
Alejo R. Siso
“La Revolución, más que una idea, es un Sentimiento, más que un concepto, es una pasión”
José Carlos Mariátegui
A lo largo de la historia se han sucedido acontecimientos que tienden a repetir los métodos y las teorías, las técnicas que se han inventado para mantener en el tiempo y en el espacio determinada creencia, modo productivo, convivencia o inconvivencia, símbolos culturales, apreciación o percepción de las realidades.
El desconocimiento y la ignorancia no deja de ser dentro de esos elementos heredados, una de las características fundamentales que mantienen intereses creados, para ocultar, desmerecer, invisibilizar, desacreditar o minimizar las diversas experiencias que existen o han existido a lo largo de una resistencia o insurgencia cultural prolongada.
Es allí que se expresan a partir de ese conflicto las voces del pueblo que han ido emergiendo frente a intereses hegemónicos que relatan los “Acumulados Históricos de Lucha”, en la continuidad de una confrontación que se ha librado en los últimos siglos, por la emancipación de quienes hemos sido objetos de toda clase de vejámenes, burlas y experimentaciones por parte de las élites de todo tipo; he allí que la Oligarquía y los grupos económicos mundiales nieguen la diversidad y el encuentro, promuevan la intolerancia, el odio y la violencia como acciones coercitivas y tiránicas, practicando en todos los ámbitos el absolutismo mediático y el oscurantismo del capital.
En este contexto, la ideología dominante burguesa ha impregnado todos los aspectos de la vida diaria, casi todos los conceptos, casi todos los procedimientos y conductas, la mayoría de las percepciones o interpretaciones de la realidad, hasta las soluciones, las condiciones y las directrices, según sus lineamientos generales, de tal manera que sus medios, sus religiones, sus escuelas, sus economistas, sus ingenieros, sus artistas, sus políticos y sus analistas, siguen un patrón constituido, que nos cree muchas veces borregos o ciegos a sus directrices, confunde a las mayorías con simples “ovejas” obedientes o fácilmente maleables; de allí que se hace necesario el latido que demuestre que no es verdad lo que aparentemente nos muestra y nos vende como imagen, como evangelio del producto o iglesia del comercio.
Quinto Latido
DIOS Y LOS DIOSES
“Nadie puede servir a dos patronos” Dirá Jesús en el Nuevo Testamento, indicando que no se puede servir al mismo tiempo a Dios y al dinero…(Lc. 16,13)
La Teología de la Liberación es la reivindicación de las posibilidades de la gente de construir su espiritualidad en el hacer, es la posibilidad de entender el cristianismo sin la estructura imperial de la iglesia católica o de otras iglesias, llámense protestante, ortodoxa o evangélica, sin comerciantes o administradores de la fe.
En si se visualiza la Teología de la Liberación como espiritualidad y ancestralidad, la religiosidad popular va a ser la practica cristiana comprendida desde una practica social ligada a la transformación social, donde la CREENCIA dentro de la diversidad Sociocultural se basa en el reconocimiento del otro, la practica de la espiritualidad colectiva trasciende incluso la figura del intermediario de la fe, representado en “curas”, “pastores”, “babalao” o “chamanes”, como dijo cierta vez un camarada: “Yo Soy mi propio Chamán”, “Yo Soy mi Propio Maestro”.
El Cristianismo en el marco de la Teología de la Liberación es la vinculación del ejemplo revolucionario de Jesús de Nazaret, al lado de las preocupaciones y necesidades del pueblo, es una vinculación con la vida, es una espiritualidad que brota de la vida, que además permite integrarse o complementarse con otras posturas filosóficas que buscan la emancipación del hombre y la mujer en todos los aspectos.
Dios y los Dioses como sentido de la gran diversidad que nos habita y que se manifiesta en muchos contextos diferentes, nos habla de la interculturalidad presente en nuestros ámbitos cotidianos, y de cómo pueden juntarse para la concreción de la felicidad colectiva en nuestras sociedades.
La Uniformidad en una sola creencia, un solo proceder, un solo precedente, bajo instituciones que adoctrinan para manipular o ejercer el control social en base al dogma, ha sido uno de los grandes fracasos de la humanidad, continuamente defendidos por intereses que se enriquecen a costa de la tragedia, la discordia y la incomprensión del otro, de lo otro o de la otra.
Es así que la Palabra de Dios no se encuentra en los altares, ni en los conventos, ni en las iglesias o los templos, para la Teología de la Liberación, las enseñanzas del verdadero cristianismo se fundamentan en la sencillez, en la práctica concreta en la realidad concreta. El hombre y la mujer no están al servicio del capital cuando regresan del exilio de si mismos a que los confunde la idolatría al libre mercado, se busca como alternativa la construcción entre todos de la sociedad “fraterna, libre y justa”…
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