Que si hay escases de agua, no importa el carro tiene que estar brilloso/ voy caminando y por la cuadra observo cuanta agua se bota, para que el carro este lustroso/ en una casa las ollas son de adorno, no se halla la gente sin sus corotos/ si hay una manchita en la lavadora, si tocas esa olla, si rayas la pared estas socavando el Altar de las cosas/
Sacrilegio perenne, ¿Quién te dijo que tu habitabas, que respirabas o vivías?/ si los peroles son más importantes que la gente…Tu no dejas huella en nada que habitas, tu solo pasas como cualquier mercancía/vas y transitas en este zoológico de gente mientras asistes a la gran exhibición de todos los días/ ¿Quién te dijo que tú eras tú si eres el espejo de un producto, si eres el espejo de lo que quisieron otros?
los llantos son solos accesorios, las tragedias apenas una noticia/ el sufrimiento una novela, el drama un circo, la agonía son las pastillas del empresario de la muerte, oculto tras la bonitura de los palacios, los castillos, las mansiones…mientras tanto:
“Con mi lavadora ni con el pétalo de una rosa”/ “ella se sudó ese culo pa tené sus activos y sus patrimonios”/ A las paredes ni con el tinte de un rayón, “yo quiero tené un negocio”/ a su vez me hablan de “superación” y recuerdo que a cada rato se escuchan trivialidades/ mediocridad constante de echarse en cara la importancia absurda/ con frecuencia se presencia a la terrible ignorancia repetir con vehemencia y constancia: “mi silla” “mi cocina” “mi nevera” “mi casa” “mi carro” “mi olla” “mi taza”…
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