Tengo varios días repensando sobre lo importante que es escribirme ¿qué me motiva, con qué propósito?
Escribir para justificar a los demás, deja un sabor de formato, de márgenes absurdos, de formalidades que rebuscan palabras divorciadas de mi realidad. Es como ese mercadeo de tesis, lleno de palabras muertas que pronto van a reposar en el mausoleo de una gaveta y que con suerte algún bicho se las comerá. Tesis y proyectos en la que sólo quedamos ajenos a nuestra propia experiencia.
Yo escribo para evidenciarme en pensamientos y acciones ¡plasmar el mundo que soy, que somos! Es dejar la huella en el camino que vas transitando.
Cuando escribo me confronto conmigo mismo: me interpelo, cuestiono, interrogo… dudas, inquietudes, incertidumbres…
Cuando escribo salto las fronteras del tiempo y el espacio. Soy sincronía: pasado presente y futuro que se conjugan para materializarse en el verbo que me compromete.
A veces veo las palabras como tripulantes de pequeños barcos de papel; expresiones del sentir que buscan las utopías. Escribirme, es esa conversa cotidiana con mí saber hacer, un espejo de mi mismo; grabados en el papel.
Aquí nombro las cosas del mundo que realmente son significativas. Me invento, me reinvento… me convierto en ideas, hechos. Lo que fui, lo que soy y lo que potencialmente puedo ser.
Cuando escribo, doy testimonios de mi ser que busca comprender y entender este proceso de vida, esta experiencia de vida que soy.
Escribirme es un tiempo de conciencia de mis actos, subjetividad que se revela en el trazo y se transforma en reflexión profunda. Es esa mirada interna, es como lanzarse un mecate al alma.
Cuando escribo, ensayo una lógica del mundo ¡mi visión! Me convierto en crítico de mi mismo.
La realidad que somos cada uno de nosotros brota del conjunto de interrelaciones que se da entre los sujetos y contextos. Que se va trascendiendo y se transforma en intersubjetividad e intercontextos y ahí está lo social, ahí aparece lo universal ¡LO POLITICO!. Hombres, mujeres, niños y niñas, adolescentes, jóvenes, en sinapsis cotidiana creando y construyendo humanidad.
Escribir Y ESCRIBIR, para reconocer y transformar la realidad del universo que somos.
13 de junio de 2010
Oscar Gavidia
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