Casi siempre sucede que la gente delega y entrega su soberanía en otros, deja que otros decidan, piensen y actúen por ella, se condena como los autómatas por solo quedarse en la comodidad, y en esto hasta muchos o casi todos nos convertimos en inútiles, con apenas alguna “profesión” o especialización, pero grandemente inútiles, especialistas inútiles, incapacitados para ver totalidades y relacionar o entender la dialéctica, limitados, despojados de casi total soberanía, dependemos grandemente como pueblos y gentes de los intermediarios o comerciantes de necesidades, tan limitados somos que no sabemos muchas veces encontrar respuestas y soluciones, no vivimos en la propuesta sino en la queja, no ejercitamos la creatividad sino la dependencia total ante lo que nos ofrece el sistema capitalista, negamos a los otros, a los semejantes y nos autonegamos a nosotros mismos, colocamos barreras y encontramos muros que nos impiden redescubrir las posibilidades y los caminos, la propaganda de la industria cultural intenta seguir convenciendo a las “masas” del determinismo y de la linealidad condicionante, para que la gente se resigne sin inventar o ensayar las sencillas cosas, que desde lo cotidiano pudieran ir configurando otras formas de convivencia y de practicas sociales que le den al pueblo, alternativas reales y palpables de su propia liberación, más allá de partidos, jefes o jerarquías, posibilidades que vayan más hacia el autoabastecimiento, el autosustento, y hasta el autogobierno, la horizontalidad y las decisiones colectivas desde abajo, retomar pues el espíritu constituyente, la democracia directa y participativa…
Aquí se dejan algunos puntos para tomar en cuenta a la hora de pensar la soberanía desde lo cotidiano, la soberanía de las gentes, como forma de autogobernarse y de autonomía frente al gran capital, el omnipresente libremercado, el totalitarismo y el absolutismo de esta globalización neoliberal, que nos usurpa todos los días humanidad y diversidad de vida planetaria, un totalitarismo que ejercen sobre los pueblos las corporatocracias, sus tecnócratas y sus transnacionales.
Programa de acción:
5.- difundir en el pueblo las posibilidades de autoconstrucción de viviendas apartadas del bloque y del cemento, cómo hacer viviendas ecológicas y con materiales ligeros, utilizando técnicas ancestrales de construcción: barro, caña, palafitos, churuatas, bahareque, shabonos, bohíos, etc…
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