jueves, 30 de octubre de 2014

LA ESCUELA SOCIAL de Simón Rodriguez: una educación autogestionaria y productiva para el siglo XXI.


Es sobre todo conocido, que las escuelas como están actualmente, no solamente en Venezuela sino en  el resto del continente, con sus excepciones por supuesto, y la educación convencional que se estandarizó desde hace ya mucho tiempo en base a la “escolaridad”, esa tortuosa ruta que amolda o digamos que prepara a las mayorías para el “mercado de trabajo”, desde el prescolar hasta la universidad, no sirve para regenerar a la sociedad actual, más bien contribuye a agravar y a fomentar la degradación social porque no se está abocando a enseñar a vivir, a convivir, a relacionarse con las cosas y las personas,  sino que repite siempre el mismo mecanismo que ha creado la antisociedad o el ser antisocial: desde que comienza el día hasta que termina la rutina escolar todo se resume a una catajarrea de contenidos, copias memoristicas, hechos punitivos, prohibiciones, que dejan a un lado o evitan posibilidades reales de desarrolar una pedagogía liberadora, se pierde el tiempo sin hacer nada, sin ocupar las manos, la mente, sin aprender lo más importante que son: los principios sociales, detalle por la cual se siguen perdiendo generaciones enteras en el mundo del narcotráfico, la criminalidad, la charlatanería y la estafa.

Otro detalle mucho más importante: la escuela, con la actitud que asumen actualmente los maestros (a nivel general), no generan una concepción o una conciencia de la cultura del trabajo, mucho menos de salud (buena alimentación, higiene, cuidado del ambiente), elementos claves entre otros, para salir de una sociedad rentista a una sociedad productiva, autosustentable, sana, soberana...Ni siquiera se crean o generan mecanismos para preparar a los niños y niñas, para que en el día de mañana puedan conformar EPS, Cooperativas, medios colectivos de producción que les permitan emplearse, contribuir a la independencia económica del país, al desarrollo endógeno de sus comunidades, o formar parte activa del sistema económico comunal, para que la ignorancia y la falta de formación no hagan que fracasen como hasta ahora, empresas socialistas y otros muchos proyectos en donde se han dado ingentes recursos de financiamiento sin ver los resultados esperados...

Sigue la Educación a nivel nacional sin concretar un currículum propio, endógeno, contextualizado, que responda a las necesidades de las comunidades y al Plan Patria, sigue preponderando el currículum neocolonial que se mide bajo parámetros como el slogan de “calidad educativa”, “Pruebas” para incentivar la competitividad, todos unos conceptos neoliberales y empresariales al mejor estilo de la socialdemocracia, que se han venido camuflageando en el discurso revolucionario. Cabe mencionar que los intentos y los ensayos que se han dado, principalmente en el Edo. Aragua en transformación curricular han sido desmontados por el mismo Ministerio del Poder Popular para la Educación (ver el caso de los EPDCUE por ejemplo), insolita paradoja y contradicción que hoy dia deja como saldo la regresión revolucionaria en favor de la escuela tradicional, abismales distancias en cuanto a la concreción de la LOE, e incluso una superficial interpretación de nuestro Simón Rodriguez a su planteamiento central y programático estipulado en la Escuela Social de Chuquisaca y su proyecto de revolución económica a través de la Educación Popular, tal como lo expone muy claramente en “Concejos de amigo dados al Colegio de Latacunga”.

Si se analiza la realidad que estamos pasando como país en lo económico, y se estudia el planteamiento de Simón Rodriguez, su propuesta, su proyecto educativo en si, en su totalidad y su relación directa con una REVOLUCIÓN ECONÓMICA, veremos que es mucho más pertinente a las actuales circunstancias y de lo que requerimos como Pueblo en Revolución que estar distrayendonos con un Prieto Figueroa. Por eso, voy a citar textualmente el Proyecto de Escuela Social, que si nos sirve para superar el rentismo petrolero y su atrofiado modelo económico improductivo-importador.

Decía Simón Rodriguez por allá en 1830, en su defensa a Bolívar, en un escrito que tiene como título: “El libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social”, lo siguiente sobre la Escuela Social:

“los Niños se habían de recoger en casas cómodas y aseadas, con piezas destinadas a talleres, y éstos surtidos de instrumentos, y dirigidos por buenos maestros. Los varones debían aprender los tres oficios principales, ALBAÑILERÍA, CARPINTERÍA Y HERRERÍA, porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas más necesarias, y porque las operaciones de las artes mecánicas secundarias, dependen del conocimiento de las primeras.

Las Hembras aprendían los oficios propios de su sexo, considerando sus fuerzas – se quitaban, por consiguiente, a los hombres, muchos ejercicios que usurpan a las mujeres.

Todos debían estar decentemente alojados, vestidos, alimentados, curados y recibir instrucción moral, social y relijiosa. Tenían, fuera de los maestros de cada oficio, ajentes que cuidaban de sus personas y velaban sobre la conducta, y un Director que trazaba el plan de operaciones y lo hacía ejecutar.

Se daba ocupación a los padres de los niños recojidos, si tenían fuerzas para trabajar; y si eran inválidos se les socorría por cuenta de sus hijos; con eso se ahorraba la creación de una casa para pobres ociosos, y se daba a los niños una lección práctica sobre uno de sus principales deberes.

Tanto los alumnos, como sus padres, gozaban de libertad, ni los niños eran frailes ni los viejos presidiarios- el día lo pasaban ocupados y por la noche se retiraban a sus casas, excepto los que querían quedarse.

En cada Departamento de la República debía haber un establecimiento igual – no había número determinado, y todos entraban voluntarios. En menos de 4 meses reunió la casa de Chuquisaca más de 200 niños, cerca de 50 pobres, y 20 jóvenes de diferentes partes que aprendían para propagar la instrucción en otras ciudades. A la salida del Director para Cochabamba, dejó una lista de cerca de 700 niños pretendientes a los primeros lugares que se dieran.

La intención no era (como se pensó), llenar el país de artesanos rivales o miserables, sino instruir, y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles -asignarles tierras y auxiliarlos en su establecimiento...era colonizar el país con sus propios habitantes. Se daba instrucción y oficio a las mujeres para que no se prostituyesen por necesidad, ni hiciesen del matrimonio  una especulación para asegurar su subsistencia”.

En “Concejos de amigo dados al Colegio de Latacunga” 1850, refiriendose a las “Maestranzas” que vendrían a ser los talleres que deberían tener las escuelas, tanto para el aprendizaje como para el proceso socioproductivo nos recomienda:

“Estableciendo 2 Fábricas: una de Loza i otra de vidrio i creando una MAESTRANZA….de albañilería, de carpintería i de herrería (...) Nosotros tendremos quien nos haga lo que NECESITAMOS…bien hecho, barato, a tiempo, i sin TRAMPAS…”


Lo que generaría una escuela que generaría sus propios ingresos, una escuela autogestionaria, que además vendría a desempeñar un importantisimo papel en la economía nacional, al mantener los precios y por consiguiente, frenar la INFLACIÓN...Siendo las “Maestranzas” el nucleo central del proceso productivo local y comunitario.

Y Sobre las “Maestranzas”, nos señala que maestros y aprendices estarían para hacer:

“Obra bien hecha, a precios cómodos i fijos”...”De la Ciudad i de los pueblos vecinos, pedirían muebles nuevos;...reparación de los viejos;...piezas de herrería i de construcción para sus casas;...y muchas cosas, de las que se traen de Europa. - Con lo que se ganaría, en hechuras, ahorraría el Colejio, en 2 años, una gran parte de sus gastos...por lo menos...la manutención de Maestros i Aprendices”.

Y Pensando más adelante, en los saberes populares que pudieran tener los artesanos, recomienda que se tomen en cuenta igualmente en el proceso productivo y educativo, señalando lo siguiente:

“La JUSTICIA pide, con razón que los artesanos actuales no queden abandonados (...)Empléelos la Maestranza, a jornal, exijiéndoles puntualidad y honradez: i si, por escacez de obra, no hubiese en que ocuparlos, el COLEJIO por honor a sus SENTIMIENTOS DE HUMANIDAD, les daría, en sus haciendas, TERRENOS EN ARRENDAMIENTO...SOCORRIÉNDOLOS, a los principios para que emprendieran sus trabajos. Con esto se impediría que los artesanos se agolpasen...como lo hacen ahora...en un solo oficio, a abaratar el trabajo i a trampear”.

Finalmente en la Escuela Social Planteada por Rodriguez, se trata de que en todo:

Han de Gobernar los PRINCIPIOS SOCIALES... (...) La Escuela Primaria dará REGLAS DE CONDUCTA...en JENERAL. La Maestranza PONDRÁ en PRÁCTICA...las que le TOQUEN, i el Colejio habrá dado en lo que NADIE! Hasta aquí, que es, en hacer ver...Que EN TODA OCUPACIÓN...EN TODA EMPRESA...ha de rejir la idea de la SOCIABILIDAD.

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