viernes, 18 de febrero de 2011

CADA NUEVO INVENTO DEL CAPITALISMO INCREMENTA EL COSTO SOCIAL SOBRE LA CUAL SE EDIFICA

La Enfermedad Social en el Siglo XXI, la síntesis de todas las sociedades enfermas que antecedieron este tiempo histórico:

Para la lógica del poder, el ciudadano común es solo un número, y éste a su vez es utilizado instrumentalmente, para sostener cada nuevo invento que decide masificar e imponer en poblaciones enteras el libre mercado, y no solamente afecta a esa masa de gente a quienes la mayoría de las clases media y alta detesta en base a prejuicios, y porque se es “pobre”, sino que también, son los hijos de esas clases medias y pudientes, que defienden privilegios en una sociedad capitalista, quienes por su ignorancia, a veces verdadera, y otras por conveniencia, también sufren los efectos de la descomposición social de la estructura injusta y desigual que produce los males sociales, es decir, les afecta la sociedad enferma a la cual pretenden dejar enferma, por el solo hecho de la ganancia y los negocios que suelen generar de la misma enfermedad, para producir más enfermos todavía: estos son los criminales, el robo, la estafa, los asesinatos, los inválidos y consumidores de cuanta mercancía y de cuanta mierda se oferta, la impunidad y el cinismo de la cual se hace alarde descaradamente todos los días, en la calle, en la cotidianidad y en las altas esferas de la confrontación política y mediática que ha tenido lugar en estas ultimas décadas.

Las clases medias y elitescas no pueden ignorar verse rodeadas de un torbellino de complejidades, pero en su idealismo creado a imagen y semejanza, piensan que puede ir por delante la comodidad propia que ellos conciben, por delante incluso del interés social, y del interés general, la conducta lineal y esquemática de sus comportamientos, y el costo social que afecta a otros, que a su vez se regresa en contra de si misma, no les permite persuadirse de obrar distinto, sino que al contrario, se afianzan en sus miserias personales, sale a relucir la prepotencia, la soberbia, la terquedad, el dogma, toda reflexión libre y sana es secuestrada por un manto mediático de mentiras, en donde la mentira se viste de verdad, y en donde el capricho suple a la razón, tratan entonces en base a campañas difamatorias legitimar la mentira y los problemas sociales que son producto de la sociedad enferma a la que ellos contribuyeron a enfermar.

Existe un dato importante, que es, que quienes adversan la posibilidad de otra sociedad distinta a la de ahora, aunque sean individualistas y egocéntricos, viven en un medio social, por lo que se deduce, que por más solos que quisieran para si todas las cosas, existe lo social, no están solos, por lo tanto, todo el daño que se produce por el egoísmo exacerbado es un boomerang que se regresa en contra de quienes erradamente sostienen dicha tesis del capitalismo, ya sean porque son “profesionales”, o porque sean tal o cual, “empresario”, entre otros imaginarios gremiales, porque esa persona, transita un lugar, sus hijos y su familia transitan lugares, ha si sea en tremendos carrotes, a si sea solo para ir a divertirse, y esas personas, tan mortales como cualquiera, no pueden evitar por más que lo intentasen, que la descomposición social, las drogas, los mensajes de la televisión, y del internet, las depresiones, las preocupaciones los alcancen y toquen a la puerta de su núcleo familiar, esta dialéctica social se hace realidad, sencillamente porque no viven aislados, aunque pretendan ser antisociales, exclusivos o vivir fragmentadamente, esto se evidencia en sus propios miedos: la “inseguridad”, el “desempleo”, “los chamos no saben que quieren”, la “calidad de vida”, la “propiedad privada” y tantos otros slogan con la cual condicionan a la clase media y a otros sectores del pueblo las elites burguesas.

Lo más increíble de toda esta historia, es que son las clases medias mayoritariamente, quienes en línea con el pensamiento pequeño burgués y de las elites que controlan los medios de producción, por el solo hecho de la comodidad, las excentricidades y parafernalias innecesarias a nivel individual y personal, que arrastran con su conducta a la gente más pobre a aspirar y a ser como ellos, con sus medios, con sus discursos, con sus aparentes “gustos”, estéticas, con sus universidades y academias, y no solamente eso, sino que también refuerzan la enfermedad social, en vez de intentar superarla con otros métodos y otras lógicas pertinentes.

El Pensamiento acomodaticio del capitalismo, remachado por los sectores de la clase media, lo que hacen es en su gran mayoría, en este sentido, ser cómplices de la enfermedad social, en vez de transformarla, de allí que los problemas que en el marco del pensamiento burgués son solucionados parcialmente, luego reaparecen nuevamente multiplicados, dando la sensación, que lejos de disminuir o de ir disminuyendo, se incrementan y siguen aumentando, en razón del error que cada vez se va haciendo más y más grande.

Nuevos inventos con viejos conceptos de dominación

Cada nuevo invento que sale a relucir gracias a la Tecnología implica unos nuevos mecanismos de dominación perfeccionados, ya que son elaborados desde los centros de poder y no por la gente, estos llevan implícitos la direccionalidad y la intencionalidad de quienes lo construyeron, convirtiendo a la gente en meros consumidores de tecnología que suelen ser innovaciones que le van quitando cada vez más la soberanía a la gente, y la van separando de los vínculos culturales legítimos, para irla llevando hacia otros medios y espacios que lo desvinculan por completo de la realidad. Esta persona llega a pensar que debe adquirir elementos tecnológicos por el solo hecho de estar “actualizado”, y más aún llega a perder su personalidad, desvanecida y diluida en las redes del internet, como el facebook, el tuiter y otros, que de forma instantánea, sutil y hasta voluntaria, deja a la persona como un ser cibernetizado, su identidad claudica ante la perdida de la intimidad, pero la persona no se da cuenta al principio, quizás después de mucho tiempo, y eso si quiere darse cuenta…porque hay quienes prefieren vivir sin quererse dar cuenta de las cosas…creyendo que ignorando los problemas son más libres, cuando es al contrario…

El Hecho es: cómo entendemos el hecho tecnológico, como utilizar estos medios en lo estrictamente necesario, de qué forma, y además cuándo. Yo tuve la oportunidad de ser testigo de cómo alguien era incapaz de tomar notas a mano después de que había perdido su pendrai y su grabadora digital…es decir, la idea es utilizar la tecnología, COMO MEDIO AUXILIAR, en donde se configura como una extensión de nuestros pensamientos, mensajes y enfoques, y no caer en la trampa de la DEPENDENCIA ABSOLUTA donde la tecnología, en base a la comodidad condicionada (El concepto burgués), desplaza las potencialidades humanas, y se visualiza como MULETA, he allí el gran peligro que puede desembocar a esclavitudes aún mas desastrosas a la que hoy conocemos, con todas las tragedias habidas y por haber, llegando a provocar la inutilidad extrema de las nuevas generaciones como consecuencia de una cibernetización y el conformismo…

El imperialismo confió en esa dependencia a lo tecnológico cuando el golpe del 2002, nunca se imagino que todavía el pueblo podía cocinar a leña, a caminar a pié y tantos otros ejemplos de soberanía…y no necesitó de esos peroles que ocupan bastante espacio en las casas y que necesitan que les lleven el gas…El Imperialismo tiene como meta terminar de robarnos esa capacidad de existir sin esos peroles, que inventa a cada momento y que quiere y pretende hacer ver como necesarios para vivir, para andar, para habitar, para comer, y que con su maquinaria propagandística lo promociona como INNOVACIÓN, CONFORT “BUEN VIVIR”, y bueno, sucede que mucha gente, incluso nuestra, por no estudiar el fenómeno a fondo, adopta esos slogans y los repite como loros, sin conciencia.

Hay camaradas que confían en el hecho tecnológico para resolver los problemas sociales, confían en la “transferencia de tecnología” en el “desarrollo tecnológico”, pero si nos ponemos a analizar, la tecnología sin conciencia como hasta ahora se ha implantado, es amplificar conceptos erróneos y enajenaciones profundas, es amplificar el capricho, la ignorancia en falsos pareceres, o en enfoques contraproducentes, que tienden más bien a reproducir la transculturización, y todo los moldes y conductas que con la música, el cine y la televisión, lo que hacen es confundir aún más a las juventudes, y allanar el camino a la perdida de la identidad colectiva que como pueblo hemos construido históricamente.

Europa y Norteamérica ya llevan más de 200 años creyendo en el “Desarrollo” sin fin, y en la industria y la Tecnología arrolladora, desde que apareció la llamada “Revolución Industrial” que fue posible gracias a la acumulación de riqueza que produjo la esclavitud de América y África al mismo tiempo. Desde allí los imperios modernos y contemporáneos, con sus voceros y representantes, siempre han argüido que supuestamente la “ciencia” (la suya) y su tecnología pueden resolver los problemas, que a propósito generaban como ensayo de apertura de nuevos mercados, generaban contaminación, y allí mismo surgían maquinarias verdes y cosas por el estilo, que maquillaban su modelo de explotación y producción…si esto ha sido así, también encontramos la anécdota de Simón Rodriguez, que en pleno siglo 19 afirmaba que en Europa solo se oía hablar de escuelas, oficios, trabajo, pero por ninguna parte existía LA ESCUELA SOCIAL de los PRINCIPIOS SOCIALES, lo que nos confirma que nada se hace con industrializar un país, si a la final lo que vamos es a ser meramente asalariados, empleados, SIN PRINCIPIOS, SIN VALORES a merced de los dueños privados que siempre han exprimido nuestras vidas y las de nuestros abuelos y antepasados para sustentar una neoesclavitud, ahora repotenciada con el culto a lo tecnocrático y toda sus parapetos.

El Desconocer lo que implica “industrialización” y “tecnología”, los efectos que produce y que producirá a mediano y a largo plazo, y que ya se visualizan afectando a las juventudes, y más aún, no plantearnos una propuesta al margen de lo destructivo y negador de la existencia, no solo es un concepto antipaís, sino que además nos va perfilando hacia un neocolonialismo mucho mas implacable, y que de seguir asi, nos llevaría a la vergonzosa circunstancia de encontrarnos y despertarnos un día mucho más esclavos que cuando comenzó el andar de la Revolución Bolivariana. Ese es quizá el mayor peligro que enfrentamos: la desintegración del tejido social y de la identidad colectiva…

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