domingo, 13 de octubre de 2013

LA MEJOR FORMA DE COMBATIR LA CORRUPCIÓN ES TRANSFORMANDO LA EDUCACIÓN


El Capitalismo nos deja como saldo un pocotón de entuertos, discapacitados, delincuentes, lacras, charlatanes, mitómanos, estafadores, heridos, muertos, infelices, drogos, narcotraficantes, matones, mercenarios, y una gran cantidad de gente enferma del cuerpo y de la mente, nerviosa, ezquizofrénica, paranóica, violenta, egoísta y por su puesto en la cresta de la ola de todos los males sociales, la famosa CORRUPCIÓN, tal es el precio que tenemos que pagar como pueblo y como gente trabajadora, dependiente de un salario, para que los capitalistas saquen sus cuentas, engorden sus bancos o solo se preocupen en COMERCIAR o “PRODUCIR” pero para beneficio de su negocio, no para ningún país ni mucho menos para el bien común o el bienestar general. Es decir los tipos además de robarnos una parte considerable del trabajo que realizamos por ser ellos los dueños o administradores de los medios de producción o de las minas, sean estas fábricas o locales, suben los precios oradando el salario mínimo con la especulación y el desabastecimiento artificial, y de paso nos dejan aquel drama social, junto a la basura y la contaminación ambiental.

Si la corrupción como todas las demás cosas que detestamos en el cuerpo social enfermo, como el grado de degradación total de la sociedad en que vivimos, de la llamada “ética” y de los “valores” o la falta de mística o de principios sociales como consecuencia directa de las relaciones de producción capitalista, y de las relaciones humanas enajenadas que se manifiestan alrededor de esa dinámica perversa del movimiento de mercancias, se puede concluir que la lucha contra la “corrupción” atacando las consecuencias o lo ya visible como producto de la enfermedad es como la medicina alopática, que te alivia el dolor pero no te cura, ocacionando que el problema se agrave más adelante, colocando parches en vez de quitar el tumor de raíz, que equivaldría a seguir haciendo Populismo Reformista y retórico en vez de Revolución verdadera...

Para romper con el cerco económico golpista que se cierne en contra del país, se tendría que orientar la educación y las escuelas como nucleos endógenos-culturales productivos, centros de autoabastecimiento y de talleres semi-industriales en donde se conjugue el conocimiento práctico con todas las áreas curriculares, de ciencia, física, matemática, nutrición, gastronomía, bien se puede tomar como ejemplo la propuesta que Simón Rodriguez dejaba para la posteridad en Latacunga-Ecuador, cuando indicaba que en las escuelas tendría que haber “Maestranzas” en donde se combinara herrería, carpintería, porque con “tierra, madera y metales” se hacen todas las cosas, y a su vez es la base para otras actividades de manufactura, La “Escuela Social” que Rodriguez propone, y lo que sería una escuela autosuficiente, generadora de ingresos y de servicios a la comunidad, capaz de dar al Estado en vez de depender de la administración pública, sería por lo tanto una Escuela y una Educación Productiva, muy diferente a la realidad que todavía se impone, donde el sistema educativo que tenemos actualmente, sigue siendo rentista e improductivo, llegando incluso a niveles de desidia en algunos Estados.

Paralelamente a la Revolución Económica que debería comenzar por la Educación Popular, se tendría en formación permanente a todo el pueblo, para que los principios sociales guíen la actividad económica y no se pervierta en lo que ya ha pasado en otras experiencias socialistas, en donde el afán de producción descuidó lo educativo, lo cual con el tiempo fué dejenerando hasta llegar en una reproducción del capitalismo salvaje de libre mercado. (ver el caso de la Unión Soviética y de China)...

Es así que la “Corrupción” solo será derrotada por los Principios Sociales que estemos formando ahorita, de los ejemplos concretos que estemos impulsando para imaginar una sociedad diferente, de las experiencias transformadoras que tiene el pueblo para darle espíritu y fuerza a la Revolución Bolivariana.

Nota: Leer el Proyecto de Educación Popular que Simón Rodriguez tuvo en Chuquisaca como Director Económico, otra fuente de incalculable valor a tomar en cuenta a la hora de poner en marcha una Revolución Económica.

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