miércoles, 11 de marzo de 2015

CAMBIA A UNA VIDA NATURISTA Y SUPERA EL DESMADRE CAPITALISTA

Desde que cambié a una vida naturista, no sufro ni de colesterol ni obesidad, tampoco de hipertensión, ya que no tomo coca-cola (ni refrescos), he disminuido el consumo de carnes, yo mismo me hago artesanalmente mi pasta dental, el jabón y el shampú que necesito, también el desodorante natural, uso aceites esenciales que me sirven de medicina y como insumo para hacer todo lo anterior, preparo mis propios remedios a base de estractos e infusión de plantas, voy haciendo progresivamente mi huerto o conuco agroecológico en casa, hago mi propio vino...

Entonces, cambiar a una vida naturista, no significa comprar productos "naturistas" en tiendas especializadas, ni depender de quienes los venden, se trata ante todo de una liberación progresiva del cuerpo de las costumbres capitalistas que llevan a la dependencia, significa cambiar o minimizar los hábitos alimentarios dañinos que contribuyen al mal vivir, a la aparición de las enfermedades, implica por lo tanto ir creando soberanía desde lo sencillo y cotidiano.

Desde que he ido cambiando a una vida naturista, ya no dependo total o absolutamente de un supermercado o una farmacia para conseguir productos de higiene personal, ha sido una experiencia más saludable y endógena, soy cada vez menos dependiente de los productos que ofrece el libre mercado, y en consecuencia, una persona más libre.

Cambiar a una vida naturista no quiere decir volverse religioso o confundir un acto de liberación corporal y espiritual en teología, metafísica o esquema estrictamente riguroso o dogmático, por la cual el consumo de carnes no queda vetado, sino solamente limitado, como complemento a una alimentación sana, en contraposición a un consumo excesivo y rutinario de la misma, que puede ser motivo de afecciones futuras en el organismo.

Con esto solo pretendo decir que cambiar a una vida naturista es una proceso de transición y de aprendizaje, de curación y de regeneración del cuerpo y de la mente para volver a los estados de equilibrio y el buen aprovechamiento de nuestras energías, en fin, hacia las practicas cotidianas del Buen Vivir.

Cambiar a una vida naturista es ir creando las bases de una sociedad eco-socialista del siglo XXI, retomar formas de vida consustanciadas y en armonía con el ambiente, la Pachamama.

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