miércoles, 14 de julio de 2010

NO IDEALICES EL "DEBER SER"

No idealices absolutamente nada, ni la familia, ni los amigos, ni la novia o el novio, ni los funcionarios, tampoco a los curas o a cualquiera que se erija en representante, intermediario, no idealices fundaciones, iglesias, religiones, no idealices movimientos, rebeldías, no idealices la sociedad, el trabajo, el esposo o la esposa, el compañero o la compañera, no idealices camaradas como tampoco “opositores”, no dejes a la suposición lo que tu esperas ver o lo que tu esperabas recibir o experimentar, no dejes a los supuestos según tus apreciaciones como debió conducirse el otro o la otra, como debiera ser o como tiene que ser, asume por el contrario que no somos perfectos, que cada quien tiene su proceso, que somos diversos, que no siempre se tiene la razón y que no existe una única verdad, no dejes por lo supuesto que ya todo esta hecho, que no hay alternativas, no idealices los aciertos o los caminos que tu te has trazado, porque son totalmente distintos a los demás, y solo tiene coincidencias o se encuentra con otras subjetividades a partir del hecho y la interacción social.

Evitar caer en ese idealismo del “deber ser”, ese idealismo por la cual tu esperabas cosas según tus esquemas mentales, te aliviará de cometer errores, falsas o deficientes apreciaciones sobre la realidad, en vez de idealizar lo que hay que hacer es tomar las ideas para transformar, para enseñar, para contribuir a los logros y los aciertos colectivos, para pasar de la teoría a la acción, no idealices pensando que nada más tu tienes la razón, o que posees la filosofía de vida que hay que seguir como única opción, o que por el simple hecho de tener alguna verdad puedes avasallar a los demás, cuando la realidad te mostrará que las subjetividades y diferentes miradas tienen que encontrarse permanentemente para mostrar el cuadro completo de lo que nos acontece, con todas sus complejidades y variantes sociales, porque no somos “cosas”, peroles u objetos muertos, inanimados, sino que al igual que muchas manifestaciones vivientes, de plantas y otros animales, conformamos un hogar planetario con muchos rostros y colores.

No idealices según lo que tu esperabas de manera subjetiva e individual, estudia la realidad, estudia a profundidad el origen de los problemas no lo que produce o lo que causa el problema (lo que sueles ver a primera vista), es como un tumor, un cáncer, una enfermedad, no pienses que aliviando el dolor se va a solucionar, ve al meollo del asunto, trata la cuestión de raíz, desde los detalles que lo generan, por eso no idealices nada, porque si estudias a fondo, te darás cuenta que todos nuestros problemas vienen desde mucho antes, vienen desde quienes diseñaron la vaina para que se generara la inconvivencia, la guerra, el despojo, el robo y la trampa, no idealices entonces las escuelas, el barrio, las ciudades, las orquestas, porque te vas a estrellar tratando de maquillarlos, lo acertado es desmantelar el origen de los problemas, y esto es: cambiar la configuración geo-espacial-territorial que fue elaborado para que la dinámica nos llevara a la fábrica, al “trabajo”, a la “empresa”, otro de los detalles estructurales para no idealizar es el enfoque que nos han programado a casi todos en una domesticación para ser seres de compra-venta, instrumentalizados y cosificados por leyes del libre mercado, establecido por las elites comerciales, económicas e institucionales-corporativas globales, que agrupa a los grupúsculos y conglomerados minoritarios de ricos y millonarios.

No idealices entonces que lo que haces va a tener garantizada un seguimiento, ya que lo que tu desarrollaste difícilmente valla a tener un igual, no hay ni existirán dos Jesús de Nazaret, dos Ghandi, dos Chávez, Dos Bolívar, tus aportes quedan pero lo que te permitió llegar a desarrollar tus pensamientos y tus concreciones no se va a repetir nuevamente, lo que pasaste, los contextos, la gente, los lugares, los viajes, los compartires, todos serán distintos y se renuevan constantemente cuando interactuamos socialmente, porque nada es lineal, inamovible, estándar (aunque asi lo quiera imponer el concepto de libre mercado y de hegemonía global), todo cambia, todo se transforma.

Entonces no debemos idealizar que a pesar de que se ha dado una Revolución, esta estará bien como está, o que ya llegó hasta donde debió ir, porque las Revoluciones se van Revolucionando sinó dejan de ser Revolución, no idealicemos las Revoluciones ni los procesos, hablemos y veamos sus concreciones desde lo cotidiano, desde el ser social, desde los niveles de conciencia alcanzado y lo que nos falta, no idealicemos por lo tanto las ideologías o enunciados, interpretémoslo como aportes de un nada acabado, pero que necesariamente lo que construyamos tiene que pasar ineludiblemente por un acto creativo, inventivo, de una ardua reflexión y pensamiento crítico.No se puede idealizar nada cuando sabemos que el enfoque masivo esta programado para que los sentidos y las emociones humanas sean propiedad de las transnacionales, cuando los conceptos y los enfoques, los aprendemos para ser capitalistas y actuar como capitalistas, en las universidades erigidas por el capitalismo para tal fin, cuando tu crees que las lagrimas, las sonrisas y las percepciones que te haces son supuestamente tuyas, y resulta que no, que te das cuenta que tu cuerpo, tus necesidades, lo que miras e interpretas el 99.9% en la mayoría de las veces le pertenece a las transnacionales y responde a la racionalidad de “empresa privada”, “propiedad privada”.

Si no idealizas nada, no tendrás decepciones y sabrás ser libre de muchos prejuicios, categorizaciones y esquemas preconcebidos, edificados para separar, establecer fronteras, dogmas y tantas otras barreras a la existencia y la convivencia armoniosa y la felicidad colectiva

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