No es que uno este buscando modelos ni quiera copiar otras experiencias, tampoco se trata de que nuestras carencias y deficiencias se deban porque no somos del norte, o porque no estamos entre los llamados “países del primer mundo”, o que no estemos supuestamente “desarrollados”, pero observando por encima por qué ciertos países escandinavos tienen una planificación, una dedicación en cuanto al ordenamiento territorial y poblacional, por encima uno ve que fuera de su historia imperialista que caracteriza a los europeos, hay que reconocer que por otro lado le han echado bolas a configurar su país, a darle un rostro a semejanza de ellos, con sus motivos escandinavos, sus leyendas, sus esculturas y obras de arte en los sitios públicos.
Hay muchos factores que contribuyen también a que el norte acumule inmensas riquezas que de una manera u otra fueron sustraídas y usurpadas a los pueblos del sur a través de sus transnacionales; acumulación y plusvalía internacional que a contribuido a un exagerado nivel de vida y confort que el neoliberalismo amenaza con ir quitando poco a poco en los llamados países industrializados y en toda Europa progresivamente.
Quitando de lado el precedente de la plusvalía internacional, y teniendo en cuenta que en todas las relaciones actuales (por lo menos en su gran mayoría) existe capitalismo, se nota que la gente en esos lugares del norte como Suecia o Noruega, se dio a la tarea de pensar su país, de darle el rostro que hoy tienen sus respectivos países, lo pensaron, lo planificaron de tal forma que fuera agradable para ellos, es más la geografía y como distribuyeron sus casas y las infraestructuras, los sitios de interés comunitario o público, se combinan con sus montañas, con sus lagos, con el mar y su tradición marítima, lo que configura lo que cualquiera puede ver y de alguna manera lo encuentra interesante visitar o conocer.
Con esto no es que diga que ellos son mejores, ni tampoco que seamos como ellos, como también sería erróneo hacerme la pregunta ¿Por qué no podemos hacer lo que ellos hacen?, pues los contextos y las culturas entre nosotros y ellos son tan diferentes y distantes como el cielo de la tierra, pero esta reflexión nos sirve para pensar, ¿Por qué nos cuesta tanto hacer patria?, ¿Por qué muchas cosas, esfuerzos y recursos tienen que perderse en la mediocridad?, porque lo que se nota, es que a menudo se hacen grandes iniciativas por parte de la visión de país que tiene el presidente, pero luego la desidia, la mediocridad y el desentendimiento dejan estas obras sin mantenimiento, descuidos, abandono, y entonces te colocan al lado la supuesta “eficiencia” del libre mercado, de los servicios que ofrecen clínicas privadas o empresas privadas (mientras puedas pagar y tener dinero), como haciéndote ver que lo del estado es mediocre, lento y no funciona; y lo que entonces se puede concluir es que muchos de nosotros no saben gerenciar o cuidar los bienes comunales; porque el problema de que lo que es público, para todos, como no trae dividendos como la empresa privada y no tiene la misma presión de un patrono cuando le trabajas en su empresa, entonces se echa carro, se echan las bolas al hombro, pelotean a la gente, se tardan y retrasan las obras para el pueblo de menores recursos, se hacen a medias o se hace mal…
El problema, es un problema de dirección, de planificación, de enfoque y de gerencia a la hora de las cosas que son bienes comunales, bienes públicos, bienes para todos, no es que lo “privado” sea mejor que lo público, ni que en aquella este la solución, la eficiencia o la “calidad” del servicio, es un problema de gerencia, un problema político y económico puesto que quienes manejan los proyectos y las obras que serán bienes comunales, bienes comunitarios, y lo hacen a medias, lo hacen mal o lo retrasan, no tienen visión de país sino de negocios.
He aquí el meollo del problema, yo me hacía la pregunta ¿Por qué nos cuesta tanto hacer patria no joda?, y es una combinación de varios factores, entre los que destaca la falta de visión de país que tienen los funcionarios y de mucha gente, que ve y percibe su vida en nuestro país más como un negocio permanente, un medio para lograr ambiciones y ascensos personales; por otra parte la carencia inventiva o creativa que nos ha aniquilado en muchos casos la escuela tradicional, el sistema capitalista con sus instituciones; y como tercera variante: el colonialismo activo y el papel que desempeña un sector numeroso de la población venezolana oposicionista en ello, al sabotear de todas las maneras posibles los esfuerzos del gobierno y de la comunidad organizada, al impulsar y difundir las formas foráneas y las referencias ajenas.
Para tener patria, hay que hacer una reestructuración y redistribución de las principales ciudades, descongestionar las principales capitales, mudar y desmantelar los asinados barrios, pensar los nuevos asentamientos de tal forma que no sean necesarias autopistas ni automóviles, pensar una economía en donde cada quien elabore lo que se viste y lo que necesita, y por su puesto en cada casa un patio productivo, un huerto, un conuco, de tal forma que la misma comunidad se garantice la soberanía alimentaria.
hay que volver a plantear la organización espacial del territorio, hay que darle otra configuración al país, tanto en lo que significa a replantear cómo habitamos, cómo romper la rutina en la que el pueblo pobre depende de las “fuentes de empleo” de la que tanto alardean los dueños de los medios de producción, y que en base a eso siguen enriqueciéndose y vejando a la gente sencilla.
Nosotros venimos de sufrir una historia de colonizados, quizá por eso sea más jodido hacer patria, porque nunca nos enseñaron a tener visión de país, ahora es que estamos recién aprendiendo, pero se nota que hay un sector de la población “venezolana”, que pareciera más extranjera que venezolana, porque además de despreciar al pueblo venezolano le sirve como plataforma a la transculturización Yanqui y del libre mercado, es una gente que siempre anda pensando en negocios, pesetera, admira lo foráneo pero ni por el coño que hace algo por construir una Venezuela diferente, nueva, son defensores del capitalismo y les importa un carajo la gente que habita aquí, su cultura, y si la nombran y la promocionan, es igual: para venderla como producto y sacar dividendos.
Cuando tu te pones a ver quienes se oponen a que construyamos patria, y tengamos una visión de país y no de bodega o de quincalla, te das cuenta que la mayoría de los escuálidos son descendientes de extranjeros, por la cual sus abuelos y familiares vinieron hambrientos, sin nada, perseguidos por las tragedias de las guerras mundiales europeas del siglo pasado, y fueron recibidos y aceptados por el pueblo venezolano, con hospitalidad, solidaridad, y ahora se erigen como los representantes del neocolonialismo, dueños de medios y de empresas, se erigen ahora en este momento de Revolución Bolivariana en sus peores enemigos, tal es la ingratitud hacia Nuestra Gente y Nuestra Tierra, que tanto ha dado.
Y otros de los factores, sumado a este análisis sociológico, lo delata el intervencionismo y las amenazas de golpe de estado, magnicidio, bases militares cercando Venezuela, y toda una guerra mediática y de intimidación por el imperialismo norteamericano. Entonces claro que nos cuesta un mundo tener Patria, nos cuesta demasiado porque no nos dejan tranquilos pensar y soñar el país, presiones internas y externas, sabotaje, despotismo y mediocridad, sumado a las costumbres politiqueras, cuarto republicanas, ignorancia y síndrome de comerciantes de diversas índoles, son barreras para concretar la visión de País que nos proponemos quienes creemos en este Proceso Bolivariano, nos cuesta que jode concretar pertinentemente la visión de país porque todavía hay gente que cree que el capitalismo es bueno, nos cuesta que jode porque la transculturización es enorme y nos quita la posibilidad de crear y de pensar, nos cuesta que jode porque la oposición que existe al Proyecto Bolivariano es una posición neocolonialista, pro-imperialista, pro-capitalista y Oligárquica.
Y nos cuesta que jode, porque todo lo queremos hecho por el gobierno, las instituciones y sus funcionarios, desde la comodidad de esperar soluciones y ver transcurrir el tiempo como lo hemos conocido, lo que es una herencia de las dinámicas neocolonialistas; sin preguntarnos y detenernos a ejercitar lo distinto, cómo lo soñamos, cómo crear y refundar de nuevo tanto hacia lo interno de cada quien, como también qué rostro queremos darle a Nuestro País en base a Nuestra Cultura y a lo que nos conforma como gentes y pueblos con colores y alma de trópico.
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