jueves, 15 de abril de 2010

EL TROGLODISMO DE LA OPOSICIÓN O MEJOR DICHO, DE LOS CAPITALISTAS

El troglodismo de la oposición, el de los defensores y paladines del capitalismo no tiene fin, tras sus refinadas fachadas de “riqueza” y opulencia los unos, y el de los jalabolas del populacho, que aspira a ser como ellos los otros, de allí que el enemigo del pueblo no tiene principios, su modus operandi es el troglodismo, es la rapiña legalizada, es la ambición de poder y de riqueza, es la traición, es una especie de salvajes con modales burgueses, que acosta de satisfacer los caprichos, destruyen o tratan de destruir todo a su paso: culturas, seres humanos, seres vivos, ecosistemas, medio ambiente y equilibrio natural…

El Troglodismo es esta clase de bichos bípedos, es una involución del neo primitivismo exacerbado en los deseos de la ganancia y el pensamiento maquiavélico individual, el troglodita es aquel que ambiciona ser parte de la élite, el troglodita viene de las elites y de los jerarcas que ansían tener servidumbre, también es aquella parte del pueblo que se maneja en esa mismas lógicas y que se convirtió en populacho.

Luego los imperios y sus defensores son todos unos trogloditas, ya que el troglodismo se sostiene de lo absurdo e irracional, se sostiene en base a la neoesclavitud masiva, sus empresas, “propiedades privadas”, grandes extensiones de tierras en manos de señores feudales, medios de comunicación, institutos, corporaciones y transnacionales, aseguradoras y agencias, capital, bancos y sistema financiero.

Una de las cosas que tiene el troglodismo es la Satanización del socialismo y de la conciencia colectiva, al mejor estilo de Tru cu trú Goriletti, arremete contra la gente y los pueblos con la ley del garrote, acabando y depredando diversidad de culturas y ecosistemas.

La escuela del troglodismo es la misma escuela del Sálvese quien pueda, es la incertidumbre de vivir en un conflicto permanente con quien no sabe o no quiere convivir, y se acostumbró a atropellar a la tierra, sus gentes y sus colores, se acostumbró a vejar y a humillar en nombre de la “propiedad”, se apropió de religiones, de medios y de armas para matar, de templos, de iglesias y centros comerciales para engañar, de necesidades y expectativas y gustos creados para traficar, para contrabandear el crimen, la injusticia, el robo, la mentira, publicitar al empresario de la enfermedad y demás profesionales y destacados doctores, ingenieros, catedráticos y títulos nobiliarios de su complicidad.

No existe tanto planeta ni tiempo juntos para satisfacer el consumo sin fin y sir razón del troglodismo, como tampoco hay tiempo para elevar por los cielos las inmensas e interminables aspiraciones de un ser que solo es de carne y hueso, pero cómo hace daño…y con qué premeditación y alevosía…

La mente de un Troglodita actúa pragmáticamente, es un pesetero incansable y todo lo convierte en mercancía, inigualable marginal de refinados modales y gustos exquisitos, mente básica con patas y uñas, monstruo inventor de las bombas atómicas, defensor de la democracia aristotélica, dilapidador de mantos verdes que sustituye por ciudades y alfombras de cemento, insaciable ambición y gula de supuesta “grandeza”, gerente de ventas, bodeguero del Estado, premio al mejor burócrata “Oscar” Pichón de Hollywood.

¿Qué hará la Revolución frente a tanto troglodita por ahí suelto?, ¿Cómo encarar el troglodismo interno y externo?, ¿será posible que la humanidad pueda evolucionar y dejar el troglodismo?

Y por cierto, se me olvidaba, otra de las características del troglodita es justificar su civilización que lo destruye todo, para promocionar el “desarrollo”, la “modernidad”, la “ilustración”, la “productividad”, la “producción”, la “industria”, el “Producto interno bruto”, el “Consumo”, las “bellas artes”, la “empresa”, el “mercado”, para ser “proactivo”, “emprendedor” entre otros tantos slogans.

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