viernes, 19 de octubre de 2012

NUESTROS TRAPOS

Primera Espiral

Retazos de tela hacen muñecos, abundan cachuchas y gorras remendadas, viejas franelas que han perdido su color y lucen espléndidas como testigo de lo andado, lo transitado en un viejo manchón de una gota de café, ropas de mil batallas, ni la más nueva moda las puede sustiruír ni marginar, alfileres y agujas que han estado en muchos viajes, bolsos y mapires que han llevado escritos, jagüeyes y libros, ciertamente, personas así no son aptas para el libre mercado, es además una cultura en la cual pueden hasta quebrar centros comerciales, porque no se bota ni se desecha miserablemente, los comerciales no funcionan, tampoco las tarjetas de crédito, las mujeres que promocionan cerveza se quedaron sonriendo, mostrando sus melones con media nalga ahí en la valla publicitaria, las farmacias están vacías igual que las tiendas, y los capitalistas andan desesperados a ver quien les compra sus productos.

Segunda Espiral

Los paños se esconden debajo de los taburetes, las botellas yacen debajo de los asientos y las llaves se esconden de las rejas, las franelas huyen de los planchones y los zapatos de las suelas, los hombres se quedan desnudos, apenas con agua y algunas frutas, sin tiempo para salvar peroles, dejan atrás sus casas repletas de colecciones, con lavadoras cocinas y neveras, con muebles y ventiladores, armarios y televisores...

Tercera Espiral

Esta vez no hay espacio para complicaciones, con una hamaca, un mapire y una ropa basta para la noche, en donde solo quepa lo necesario, sin ostentaciones, ya las fábricas no sirven para dar "trabajo", ni los bancos funcionan para la gente, parece que tendremos que vivir artesanalmente, a sembrar y a producir lo necesario, se han vaciado los supermercados, han desaparecido las mercancías, ha muerto el libre mercado y sus centros comerciales están desolados, sus templos del consumo visten trajes sombríos, ya solo quedan algunas vallas de esplendores pasados, de rostros luminosos en vitrinas, y feligreses que vivían de credos prestados...

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