Cuando salgas a la calle, antes de maravillarte por las tiendas y sus objetos brillantes, cuando pasees por los locales y sus bulevares, sus ofertas y colecciones, sus ataúdes…
Preguntate:
¿Cuánto se habrá destruido con el afán de que compraras o adquirieras eso que se exhibe? ese celular, ese escaparate, ese traje, ese zapato, ese televisor, ese mueble, ese perol luminoso, ese automóvil, esa moto…
¿Lo necesito realmente?¿Sería correcto llenar de peroles mi vida?¿Cuantos peroles son necesarios para albergar un pétalo del tiempo?¿Cuanta destrucción más albergarán los supermercados, los centros comerciales y los mantos de cemento que trastornan nuestras vidas, en una complicidad consumidora, insaciable e inconsciente, que refleja en la pseudorealidad urbana, el hambre, el miedo, la ignorancia y la soberbia, todas juntas?
¿Cuánto más soportarán nuestros cuerpos el envenenamiento inducido a la cual nos condenan los empresarios de la enfermedad?¿Cuanto más soportaremos bajo nuestra propia ruina, que miles de recursos y energías limpias y naturales sean convertidas en montones de basura, en montañas de basuras diarias, la cual el comercio y la industria nos traspasa como responsabilidad negadora de la vida? Poder que produce las enfermedades ambientales y sociales para luego criminalizar a quienes intentan sanar las heridas colectivas, de los pueblos y de la madre tierra.
¿Cómo pasearemos y caminaremos sin saber cuánto trabajo y cuánto tiempo se lleva cocinar un dulce, una mermelada?¿Cuanto trabajo sería necesario para hacerse una cerveza o un vino artesanal?¿Por Cuánto tiempo tiene que andar un hombre sentado y manejando para transportar mercancías humanas, esas que llamamos “pasajeros”?¿Por cuantas horas, días y noches un gandolero se ve obligado hasta volcarse, esmadrarse para llevar mercancías al Sambil o a cualquier otro templo del consumo?
¿Cuántas marcas, clichés, etiquetas y modas colgaremos en nuestros cuerpos para simular felicidad?¿Cuántos slogans, cuántas modas se usarán en nombre de la comodidad y de todos los inventos y estrategias publicitarias para seguir vistiendo espiritus y trajes ajenos, identidades prestadas e íconos inventados de fábrica?
Pregúntate:
¿Cuántos restaurantes, locales, posadas, hoteles serán necesarios construir solo por defender la idea de HACER NEGOCIO, cuántas inmobiliarias, cuántos trabajadores tuertos, tullidos, serán necesarios?¿cuánta destrucción ambiental e impacto a los ecosistemas se seguirán sucediendo?
¿Cuánta gente seguirá escoñetandose en las carreteras y en las autopistas por el afán absurdo de promover ciudades y sociedades para carros?¿Cuántos ríos seguiremos convirtiendo en Guaire?¿Cuántas veces seguiremos convirtiendo la convivencia en violencia, desconfianza y crimen, en jaulas en vez de edificios, alambre de púas, cercas eléctricas, en medio de cloacas y fétidos olores?
¿Cómo es que se pierde la humildad y brota en cambio la malvada envidia o la SOBERBIA, el grosero egoísmo y la canalla indiferencia?¿Cuando perdimos esa capacidad de mirar con el corazón y en cambio nos enseñaron a mirar con el interés?¿Como fue que nos exiliaron de nosotros mismos para ponernos a pelear? haciéndonos defensores de peroles, esclavos de las cosas y de la comodidad que ofrecen?
¿Cómo es que nos convirtieron en inútiles para ser profesionales, o en obreros para trabajar y depender de sus fabricas, en consumidores para depender de sus tecnologías, de lectores y televidentes para únicamente entender sus periódicos, sus mensajes y sus noticieros?
¿Cómo fue que nos quitaron la imaginación, la creatividad y en cambio nos adiestraron para copiar, imitar y repetir siempre lo mismo?¿como fue que en vez de decidir como disponer libremente de mi existencia, ahora son las rutinas y los horarios quienes disponen de mi? esos horarios del trabajo, esos horas frente al televisor, frente al celular, esos horarios de la convención y del contrato matrimonial, esos horarios de la hipocresía y del protocolo?
¿Cómo fue que me obligaron a usar máquinas, y muletas tecnológicas sin siquiera enseñarme a desarrollar mis potencialidades humanas antes de condenarme a la dependencia eterna?¿Como fue que solo me instruyeron y me traspasaron habilidades para ser doctor, músico o ingeniero, sin tener Principios Sociales?¿Como fue entonces que todo lo tenía que obedecer haciéndole caso a mitos sociales, a vanagloriarme de lo que hacía para conseguir dinero y más dinero, ciego e indiferente a la verdadera esencia de la vida y no atrapado y limitado en el egocentrismo errante e inerte que todo lo subjestiona y da la interpretación que mejor le parezca?
Continuamente, apoderado de nuestras miserias, confiado en nuestras enfermedades mentales que se transforman en hábitos, y después aparecen en conductas. Son frasquitos y moldes de cómo ser, del deber ser, que bajo la tiranía mediática impone el absolutismo y el oscurantismo del libre mercado a escala global, el pensamiento único de las burguesías y capitalistas de lo que aún queda de planeta, una corporatocracia bastarda que juega y manipula con nuestras vidas.
¿Cómo fue entonces que nos hicieron hambrientos?¿Como fue que juegan con las hambres de los pueblos y nos obligan y nos imponen trabajar en sus medios de producción en sus tiendas, empresas e industrias?
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