Recuperar cada quien su humanidad de esta vorágine que conocemos como ciudad, transformarnos desde las cosas sencillas en seres no aptos para el consumismo y el libre mercado, sería dejar los hábitos capitalistas por voluntad propia luego de una campaña mediática revolucionaria, que permita la apertura a unos niveles de conciencia, en donde cada quien desde una nueva actitud asumida, gracias a la reflexión, la formación y la dignidad, sobre todo la dignidad, en donde le digamos con nuestras posturas y actitudes a los comerciantes de necesidades, que no somos conejillos de indias, que tampoco somos mercancía ni mucho menos borregos, se necesita por lo tanto de una conciencia critica y unas practicas, en donde el ciudadano común pueda reconocerse capaz de hacer las cosas, que en la mayoría de las veces ya encuentra hechas, en el supermercado, la tienda o el centro comercial, cómo volver a hacer desde las posibilidades cotidianas, muchas cosas de las que nos convirtieron inválidos, desde hacernos en nuestras casas nuestra ropa, y tantas cosas de necesidad primaria, que pudieran hacerse artesanalmente.
Eso pasa por pensar con la gente, que se desincorporaría de los trabajos esclavizantes y de sus patronos explotadores, unas nuevas formas de economía que los incluya y que además les de una alternativa al mercado de trabajo que se ofrece en el capitalismo, un trabajo endógeno que se quede en las comunidades y no como hasta ahora ha venido sucediendo, en la cual todo se mira hacia afuera: el trabajo, el estudio, las profesiones, tal vez por eso se pueda constatar que muchas comunidades parecieran detenidas en el tiempo, porque no ocurre mayor cosa, siempre se ven igual, y es porque no pensamos hacia dentro, no se piensa en la comunidad, sino más bien en el trabajo hacia afuera, hacia la fabrica, la empresa, se estudian profesiones que igual, se roban cerebros o se siguen hiendo del país, lo que llaman “fuga de talentos”.
¿Como resignificar las practicas y las energías de cada quien para volver a construir una soberanía desde las gentes, una que pueda alimentarse de nosotros mismos hacia nosotros, y que de alternativas a un manto uniformador de la cultura, del vestido y de los gestos, a la cual nos llevan los medios de comunicación y del entretenimiento privados?
Otro de los elementos para romper con la mitología de las profesiones, asi como también la mitología de la homogeneización y la linealidad, como dogma del capitalismo, es el de descubrir y descifrar los lenguajes que nos apartan del entendimiento de los principios sobre la cual descansan las cosas que nos rodean, esto es: por ejemplo, uno puede entender la teoría del caos y la relatividad, asi como vainas tan complicadas como los INTEGRALES desde la filosofía, puesto que los números y las matemáticas, antes que ser números, son FUNDAMENTOS Y PRINCIPIOS, pero no meras formulaciones y teoremas huecos desvinculados, sino que la Matemática es un lenguaje, al igual que el arte, el rollo es que las elites han sabido ocultar como entender esos lenguajes, convirtiéndolos en algo sumamente complicados y ABSTRACTOS, de tal forma que la gente del pueblo común no pueda comprenderlos, igual pasa cuando escuchamos los términos médicos, aquello es como para que uno diga: coño que arrecho es esa vaina, “arterioesclerosis” “trombosis””tripanosoma””trigliseridos”, todo un conjunto de códigos que la academia ha inventado para separarnos de lo que debemos conocer, de lo que debemos saber, asi mismo sucede con la tecnología, la biología y muchas ciencias, que en vez de ser fáciles de entender a la gente, no solamente que lo colocan complicado, sino que además organizan estos conocimientos de forma tal, que a la persona que los estudie se les haga dificil emplearlos o desconozca como emplearlos para desmontar una sociedad injusta, para que se desconozca como estos conocimientos pueden liberar a los demás.
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